¡Por una nueva república!
Para: Para los periodistas caídos en el cumplimiento del servicio.
“No todo lo que se dijo en Excelsior coincide con lo que yo pienso y creo. Más de una vez estuve en desacuerdo con muchos de sus colaboradores. No defiendo sus opiniones: Defiendo su derecho a sostener ideas distintas a las mías. Defiendo nuestro derecho a disentir del poder y de los poderosos.”
Octavio Paz .
(En “Los Periodistas” de Leñero)
Fernando Ramírez López (*).
Este país vive una época de grandes desafíos y conflictos; donde la dialéctica del estado vigente de Derecho da muestras fehacientes del agotamiento de su modelo social, político y económico.
En una sociedad apanicada por el miedo y en consecuencia paralizada, conmociona la movilidad de los maestros en Guerrero y Michoacán; el asesinato de periodistas a lo largo del territorio nacional; el narcotráfico, la inflación galopante de la canasta básica que en marzo de éste año alcanzó el 8.4 % con lo que se colocó con el mayor registro de precios en ese componente dentro de las 34 naciones que conforman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE); además del 59.8 % según el INEGI de la tasa económica de informalidad labora y de las 2.7 millones de personas que en enero no tenían empleo en el mercado laboral.
¿Hacía dónde va Peña Nieto? En el caso de Guerrero y Michoacán, si reprime pierde y si negocia también, su corta visión de gobierno; no le ha permitido entender que requiere una “Reforma Integral del Estado” es decir “Refundar la República”, digna del Siglo XXI. En la primavera del nuevo milenio no existen planteamientos de corto, mediano y largo plazo fundados, demandamos respuestas ciertas capaces de entender que México hoy no es ayer y que el hartazgo social está llegando a su límite.
Dice Luís rubio en su columna “La CNTE y los ciudadanos”: “El país sigue dividido, pero no solo en posturas sino sobre todo de la concepción de donde nos encontramos como sociedad. Para unos bloquear una carretera es algo natural y aceptable: En la guerra todo se vale. Para otros el bloqueo de una vía de comunicación constituye una violación constitucional. Para los primeros el uso de la fuerza implica represión y nunca se debe emplear; para otros la fuerza es un componente central del Estado de Derecho. Se trata de visiones contrapuestas: para unos mientras peor mejor, para los otros ahí la vamos llevando.
Al final, nunca se acaba enfrentando el asunto de fondo. La división que paraliza al país y le impide construir una plataforma de desarrollo en la que todos quepamos. Nada de esto es nuevo, pero lo terrible es que llevamos 50 años, por lo menos desde 1968 en éste enredo y no hay nada que sugiera que hayamos avanzado ni un ápice.
Es decir, que desde la consolidación de la conquista en 1521, a la fecha, en cinco siglos no hemos tenido la capacidad de generar un Estado moderno e igualitario, por ende un mal endémico de pobreza, y falta de oportunidades para las grandes mayorías.
Brillan en el cielo de ésta Patria Blanca y diamantina. A decir del bardo López Velarde, algunos esfuerzos como el de 1857 con las Leyes de Reforma y el de 1917 con la formulación de la Constitución; pero no han sido suficientes, en medio de los egoísmos de los más y la marginación o asesinato de los que en su momento avizoraron la posibilidad de construir una Patria Nueva.
No existe hoy un Belisario Domínguez que denuncie la falta de talento del usurpador, como lo hiciera en su momento refiriéndose al tirano Victoriano Huerta, ni un Plutarco Elías Calles, que con su genialidad construyera un modelo político, para dar fin al movimiento armado de 1910.
Hoy los integrantes del Estado Mexicano, poseen el egoísmo y la falta de compromiso suficiente, para seguir remendando lo irremediable. Porque no son capaces de entender, que a grandes problemas, grandes soluciones.
El narcotráfico, la inseguridad, la caída de la economía, la partidocracia, la falta de empleo, la corrupción; son cánceres que carcomen el cuerpo social; llegó el tiempo de pensar en la construcción de una “Nueva República”, que contenga de principio y fondo, soluciones integrales capaces de darle rumbo al Ejecutivo, al Legislativo, al Judicial, a los Partidos Políticos y a la sociedad en su conjunto un nuevo derrotero dejando atrás el modelo actual que ya dio de si y por su inoperancia debe ir a para al museo de la historia.
Hoy por lo pronto la distribución territorial de las entidades federativas no obedece a la problemática de cada región del país; el modelo fiscal no es el más equitativo y apropiado; el Ejecutivo Federal bajo la figura del “Presidencialismo” ya no opera ni es respetable; el Pacto Federal es nominal más que real.
La banca es de explotación no de desarrollo, la educación es de pésimo nivel e incompatible con el mercado laboral; los organismos públicos corrompen los programas sociales y son incapaces de dar respuestas a demandas como la salud y la vivienda; los partidos políticos son entes parasitarios, diputados y senadores, consejeros del IFE, alta burocracia, jueces, policías, gobernadores, presidentes municipales; trabajan para su beneficio y el del poder económico.
Por eso el Estado no puede reprimir a riesgo de caerse y no puede negociar porque carece de autoridad moral para hacerlo. El río se está desbordando por el cauce de la inoperabilidad y caducidad de su fondo y forma.
Tenemos ante nosotros el primer gran reto del Siglo XXI; y esto se puede lograr con la conformación de un “Congreso Nacional” que reúna a los componentes del todo y le de vida, no a “pactos parciales” sino a una gran iniciativa que de a luz una “Nueva República” utilizando las coyunturas naturales, antes que el destino nos alcance y no por falta de alternativas sino por incapacidad; pueden volver los Lucio Cabañas, los Emiliano Zapata, los Francisco Villa, los Genaro Vázquez a cabalgar de nuevo por las montañas, despertando a un tigre, que desgarra, asesina y destruye lo que todavía queda de éste agónico país, aún es tiempo, no nos arrepintamos después.
En 1996 tuve la oportunidad de asistir al “Encuentro Intercontinental por la Humanidad y contra el Neoliberalismo en Chiapas”, convocado por el Comité Clandestino Revolucionario Indígena y el Frente Zapatista de Liberación Nacional, mismo que en su momento describí en un ensayo publicado por Brecha con el título “El debate nacional por la transformación social”. Ahí doy cuenta que con la asistencia de grupos guerrilleros de 38 países se habló de un nuevo orden mundial, del tráfico de armas donde Torreón es un eje fundamental de distribución.
En el mensaje inaugural la comandante Ana María expresó “detrás de nuestros pasamontañas está el rostro de todas las mujeres excluidas, de todos los indígenas olvidados, de todos los homosexuales perseguidos, de todos los jóvenes despreciados, de todos los migrantes golpeados, de todos los presos por su palabra y pensamiento, de todos los trabajadores humillados, de todos los muertos de olvido, de todos los hombres y mujeres simples y ordinarios, que no son vistos, que no son nombrados, que no tienen mañana”.
Hoy es la cita con nuestro destino común, no permitamos que se reproduzcan los hechos acontecidos en 1910; de todos nosotros es la respuesta; no sea que “Madera”, “Acteal”, “San Cristóbal de las Casas” nos despierten del sueño y los invasores, entren a nuestras casas; porque según algunos estudiosos, la guerrilla ya empezó y puede arrollarnos como río sin cauce. Cuidado, ya no estamos para promesas como la Cruzada por el Hambre. Seamos dignos en nuestro caminar social, Ese es el reto; aceptémoslo actuando.
(*) Analista social. |